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Bienvenido Manuel. El 3 de abril de 2025 el 90% de tus amigos nos enteramos de que te llamabas Pintado y mira que tu segundo apellido tiene fuerza. Desde Los Maristas hasta la Arrixaca siempre has tenido un comportamiento distinguido. Tu civilizado medio de transporte difería del resto de los trabajadores de la Ciudad Sanitaria. Subías desde Murcia en bici. Tu aspecto de médico eficaz aumentaba tu buena pinta.
En Murcia, a la hora de pasarlo bien, Paco Sendas te daba la réplica. Desde la divertida cabeza de Paco nos hicimos amigos a fuerza de buen humor. Paco Gutiérrez Palazón adquirió su vital mote estando sentados en una terraza para tomar café. Por aquel entonces nuestros hígados celebraban ser acompañados por “sendas” copas de brandy.
Éramos cuatro en la mesa de la terraza de la cafetería. Uno sólo tomaba té. Cuando vino el camarero, Paco con su ágil y diligente cocoroto informó al camarero: – un té solo, tres cafés y sendas copas de coñac-. El camarero, ya mayor y criado en la huerta, no entendió la comanda. Se fue, trajo el té y los tres cafés y preguntó -¿cuántas copas?-
-Sendas puestas- afirmó Paco.
No sé si fuiste tú, quien apiadado, dijo -tres-.
El camarero respiró.
En principio, Paco adquirió el sobrenombre de Paco Sendas Puestas. Con el tiempo pasó a ser Paco Sendas. Casi nadie de sus amigos utiliza el Gutiérrez Palazón para referirse a él.
Te cuento esto porque sé que Paco lee estos relatos cortos. No pudo asistir a tu ingreso en la Academia. Le hubiera gustado oír la singular cita sobre vuestra amistad que expuso el Ilmo Sr. D. Ginés Madrid aquella tarde.